Los cambios en la familia y en las pautas de socialización de las nuevas generaciones, se han traducido en permanentes desafíos y desajustes para una escuela que recibe niños y jóvenes cada vez más diferenciados en sus formas de actuar y de pensar, y con un capital cultural muy diferenciado. 

Lo que a principios de siglo podía asumirse como “uniformidad” en los niños que asistían a la escuela, hoy  se ha transformado en heterogeneidad, debido a los cambios profundos en la sociedad y sus estructuras, y la vertiginosidad de la tecnología. 

Esta heterogeneidad implica un reto para el docente: ¿cómo enseñar en la diversidad? 

El desarrollo del pensamiento crítico, trabajar las inteligencias múltiples de manera individualizada y el trabajo cooperativo en las aulas son las más importantes apuestas que hacen los docentes para el presente y futuro. La clave está en asumir la importancia de la educación personalizada y que los docentes vean a cada alumno en su singularidad. 

La Universidad de San Martín de Porres, conociendo el reto que implica enseñar en esta heterogeneidad, propone la Carrera Profesional de Educación, cuyo objetivo principal es que los profesionales de la educación se preparen para responder a las necesidades formativas de diversos niños y adolescentes en los distintos niveles de Educación.